La mañana ovetense nos recibió con calles decoradas, banderas y ese aire especial que anuncia que San Mateo está cerca. Aunque aún era pronto para ver la fiesta en pleno apogeo, el ambiente se respiraba en cada rincón del centro.

Uno de los momentos mas divertidos del día fue el paseo en el tren turístico, que nos llevó por las calles más emblemáticas de la ciudad. Una forma diferente de conocer Oviedo, disfrutando de las vistas, los edificios históricos y la decoración festiva desde otro punto de vista. Después del recorrido, tocó paseo a pie y una parada para tomar algo y disfrutar tranquilamente del entorno.

Una salida sencilla pero llena de estímulos, que combinó ocio, cultura y participación en las fiestas de nuestra tierra. Y como dirían en San Mateo… ¡esto solo acaba de empezar!