Nada más entrar, el olor a manzana y madera anunciaba lo que iba a ser una visita muy especial. El Museo de la Sidra, en Nava, abrió sus puertas para una jornada en la que la tradición, cultura y buen humor se mezclaron a partes iguales.

Entre llagares, botellas, toneles y escanciadores, se aprendió sobre el proceso de elaboración de la sidra, la historia de los manzanos asturianos y la importancia de esta bebida en la vida y fiestas del Principado. Las exposiciones interactivas y adaptadas facilitaron la participación de todos/as.

Además del aprendizaje, no faltaron las risas, las fotos y algún que otro intento de escanciar, ¡con más entusiasmo que acierto!

Un día diferente, lleno de sabor asturiano, que dejó claro que la cultura también se disfruta… ¡a tragos pequeños y en buena compañía!